Mi dogma.

Como ateo, no creo en un dios creador, que premia y castiga e imperfecto a todas luces pone al resto de seres vivos a nuestra disposición para que nos sirvamos de ellos...no busco ofender, es mi opinión. En cambio si creo en el alma, ya que no veo que los cuerpos con vida sean simple masa animada que mediante órganos, por muy complejos que sean, tengan una grandeza sentimental. Y que para contactar con el alma propia solo hace falta una mente lo suficientemente lúcida, alcanzando lo que los budistas definirían como Nirvana: aquel estado de liberación absoluta donde se puede llegar a revelar la verdad universal. Aunque discrepto en est sentido, ya que no concibo esa conciencia de sabiduría absoluta, si creo en el alma como energia que habita en nosotros, energía que nos proporciona una mayor percepción sobre la vida, como arte y todo ello gracias a profundas y constantes reflexiones éticas. Al conseguir evadir tu mente del mundo que te rodea, podriamos decir cuando consigues calmar tu mente, eres capaz de entrar en profundos puntos de vista, incomprensibles diariamente. Cuando controlas tu mente de esta manera, ves el mundo con otros ojos.

La religión, como bien la definió Einstein, no es más que el producto de las debilidades humanas y la Biblia, una colección de honorables aunque primitivas leyendas demasiado infantiles. Mi religión sería la del culto a la mente y mi dios, aquella energia que habita en nuestro cuerpo con la que cuando logras contactar, te limpia y te extrae de la locura en que vivimos y te ofrece la vida de una forma positiva, coherente y social.