dissabte, 29 de maig del 2010

Subversión

Los pueblos y sus ideologías han muerto, el régimen que reina hoy en día está formado por una comunidad de corporaciones, determinadas inexorablemente por las inmutables leyes comerciales, definitivamente el mundo es un negocio.

Nuestros hijos crecerán para conocer este mundo perfectamente tramado, trabajando 8,9 o incluso 10 horas diarias para que no les quede ni una gota de ansia revolucionaria en su pequeño cerebro sin desarrollar, para que precisen de ansiolíticos y consumismos superfluos como efecto placebo de su insignificante vida. Necesitarán cada vez más dinero para subsistir, con lo cual su tiempo libre se reducirá a la nada. Se acostarán deseando que el mes que viene les toque algún domingo libre, con la necesidad imperante de adquirir el último modelo de MP11 que acaba de salir al mercado, ya que la prolija cantidad pagada por el 10 del cual se apropió el mes pasado ha quedado absolutamente obsoleto. Pero vivimos protegidos, con la total seguridad de que no habrá guerras, ni hambre, ni opresión, ni atrocidades. Nuestros gobernadores trabajan por un beneficio humanitario común, del que por supuesto todos seremos sus accionistas. Todas las necesidades serás satisfechas, las ansiedades apaciguadas y el aburrimiento amenizado.

Vivir para trabajar y consumir lo trabajado, las profecias Marxistas se cumplen paulatinamente. Vivir sin ninguna otra motivación y esperanza que la de conseguir un trabajo, mantener un trabajo, cobrar una sueldo, tener dinero, oler a dinero, fardar de dinero, hablar de dinero, soñar con dinero. Ser alguien en la vida se reduce a estar bien situado laboralmente y a ganar dinero a raudales. Estudiar para ganar dinero, vender tus principios por dinero, perder a tu familia y/o a tus amigos por dinero, matar por dinero... Esta vida no vale una mierda.

La vehemencia de los homínidos venideros se augura profusa a lo sumo. Aquel ser impertérrito que venció al cesarismo, al clasicismo, al stalinismo o al fascismo ha muerto y con él sus ideales. Ha nacido un nuevo dios, le llaman dinero y con él ha llegado la nueva religión, la economía, a la que democracía y democráticos se han rendido a sus pies. El arte de la incertidumbre americana ha llegado al viejo continente y con ella los ciudadanos han dejado de pensar. Pensamientos servidos en bandeja de plata a las puertas del sistema. Subversión ya!

dimecres, 12 de maig del 2010

Every dog has his day

Sugestivo intercambio de opiniones entre Jules Winnfield y Vincent Vega en el restaurante Hawthorne Grill mientras degustan una deliciosa "Big Kahuna" y algún tipejo intenta irrumpir en su almuerzo, asaltando el restaurante y exigiéndole su jodida cartera:

  • Vincent: ¿Quieres tocino?
  • Jules: No como cerdo, tío.
  • Vincent: ¿Eres judío?
  • Jules: No,no soy judío. Es que no me gusta el cerdo... eso es todo.
  • Vincent: ¿Por qué no?
  • Jules: Porque son animales muy sucios. Y no como animales sucios.
  • Vincent: ¿Sí? Pues el tocino está delicioso y también las chuletas de cerdo.
  • Jules: Oye, tal vez la rata de cloaca sepa a caviar, pero no lo sabré nunca porque no como animales asquerosos. Los cerdos duermen y buscan su comida entre la mierda. ¿Si no saben distinguir sus excrementos cómo voy a comerlo?
  • Vincent: También los perros se comen sus cacas.
  • Jules: Tampoco como perro.
  • Vincent: ¿Consideras también a los perros animales asquerosos?
  • Jules: Yo no diría que son asquerosos, pero desde luego son sucios. Los perros tienen personalidad, y la personalidad cuenta.