Cuando fichamos a Ibra me sentí afortunado, creí que tendríamos al mejor, superior a Eto’o, pero nada más allá de la verdad me equivoqué. Pequé de inocente y corrí al ordenador para ser el primero en proclamar el espléndido fichaje, cambié mi nick por el de Ibracadabra, tanto en msn como en feisbuj y en seguida soñé con un Barça, si cabe, más ultraofensivo que el anterior.
Tan solo había visto los tradicionales videos que nos suele enchufar la prensa para vendernos cualquier jugador como auténtico crack y sí, caí en la usual ignorancia de pensar que así era, un tipo que cada vez que la tocaba transformaba el fútbol en una obra de arte, que todo eran regates magistrales, armonía en movimiento, toques sutiles y goles, eso sí, hasta entonces ha respondido con goles, supongo que de ahí el respeto de la prensa hacia él.
Ahora, desde un punto de vista mucho más objetivo y contrastado, me he dado cuenta de que es el típico jugador al que siempre he odiado; el típico jugador ególatra, que busca siempre la opción más inverosímil, que tiende a esperarla, que siempre está por detrás del defensor, se anticipa en contadas ocasiones al mismo, que rompe la verticalidad del equipo, que frena las contras, que se para cuando debe arrancar, que regatea cuando debe pasarla y que la pasa cuando debe regatear, que controla con el pecho cuando debe rematar de cabeza y busca un pase cuando debe encarar a portería, que a pesar de ver como busca continuamente a sus compañeros no transmite ese espíritu de equipo, de presión, de ambición, ese espíritu ganador que hace que en los momentos difíciles el equipo avance y consiga sus metas.
En fin, todos somos conscientes de que individualmente es un jugador superdotado: rápido, fuerte, alto, técnico, inteligente, estético, potente, con gran disparo, manejo de ambas piernas etc, pero por alguna razón no se amolda a la filosofía cruyffista-guardiolista. Supongo que Guardiola está poniendo todo su empeño en adaptar sus mayúsculas virtudes al fútbol del pepsixteam.
Aún deseando que triunfe, creo que realmente no ha nacido para hacerlo en este Barça, le falta la codicia de Alves o Puyol, el sentimiento de Xavi o Piqué y no tiene ese plus que unido al talento hacen que Messi tenga que tirar del equipo si o si.